Nadie a quien pedir,
nadie a quien temer,
nadie a quien acudir,
nadie a quien ver,
nadie que te pida,
nadie que te dé,
nadie que te obligue
a contar algo que no fue,
nadie que te use,
ni que te patee,
nadie que te siga,
ni que se ponga a tus pies,
nadie que te odie,
ni que te obligue a querer,
nadie que te olvide,
y nadie que no esté bien,
nadie que te robe,
o que te quite lo que no tenés,
pero fundamentalmente,
nadie que te diga cómo aprender a leer.
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario